Imagina trabajar duro para ahorrar 100 dólares, solo para darte cuenta de que tienes un agujero en el bolsillo y perdiste 30 mientras caminabas por la calle. Así puede sentirse vivir con las fluctuaciones de la moneda en Colombia, especialmente en tiempos de incertidumbre económica y política.
Para Andrés, un abogado colombiano, la respuesta para proteger sus ahorros fue clara. Los bienes raíces en Estados Unidos ofrecían la estabilidad, tanto en el dólar como en el mercado, que otros tipos de activos y monedas simplemente no podían igualar.
Con un objetivo claro de ser propietario de una vivienda en alquiler en Estados Unidos, Andrés decidió trabajar en retrospectiva a partir de esa meta. Comenzó su camino de inversión investigando estrategias, mercados y ubicaciones que se alinearan con sus objetivos a largo plazo.
Naturalmente, Florida (en inglés) fue lo primero que vino a su mente. Con una hermana viviendo allí, conocía bien el estado y sabía que era un destino popular para muchos inversionistas latinoamericanos, incluidos los colombianos. Aunque Florida tenía sus ventajas, Andrés también quería explorar otras ciudades que pudieran ofrecer un mayor flujo de efectivo con precios más accesibles.
Esa investigación lo llevó a San Luis, en Misuri (en inglés). La ciudad ofrecía una relación renta–precio (en inglés) favorable y un gran potencial para generar flujo de caja positivo, lo que la convertía en un punto de partida inteligente para un inversionista primerizo en EE. UU. Después de completar una clase sobre viviendas del programa Section 8 (en inglés), donde los pagos de renta de los inquilinos están respaldados por el gobierno de Estados Unidos, se dio cuenta de que esa opción encajaba perfectamente con su estrategia. “El gobierno de EE. UU. no falla en los pagos de la renta. Además, a menudo pagan al nivel del mercado o incluso por encima, dependiendo del área. Parecía una apuesta segura”, dijo Andrés.
Con una estrategia y una ubicación definidas, Andrés se propuso comprar su primera propiedad de inversión. Se conectó con un excelente agente inmobiliario en San Luis, quien se convirtió en sus ojos y oídos en terreno. El agente lo ayudó a recorrer propiedades de manera remota e incluso lo presentó a un contratista local que podía darle una visión clara sobre las condiciones de las propiedades. Juntos, formaron la base de su equipo (en inglés) de inversión en EE. UU.
Andrés centró su búsqueda en propiedades multifamiliares con un precio superior a los US$145.000, que era el monto mínimo para poder acceder a un préstamo de inversión. Por debajo de ese precio, probablemente hubiera tenido que pagar en efectivo, lo cual limitaría su flexibilidad.
Después de buscar exhaustivamente en internet y revisar opciones junto con su equipo, encontró un dúplex en San Luis con dos unidades de 2 habitaciones y 1 baño cada una. Al reflexionar sobre esta decisión, comentó: “La economía de un multifamiliar es increíble; con una sola propiedad puedes tener múltiples fuentes de ingreso”.
Además, el dúplex ya tenía inquilinos, lo que lo hacía aún más atractivo como inversión. “Con esta configuración, obtendría flujo de efectivo desde el primer día. No tendría que buscar un inquilino ni preocuparme por la vacancia”, explicó Andrés.
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Andrés anticipó que no ser ciudadano estadounidense podría convertirse en un problema al intentar obtener un préstamo. Al comenzar a comunicarse con distintos prestamistas, rápidamente descubrió cuántos obstáculos enfrentan los inversionistas internacionales, desde estrictos requisitos de documentación hasta los retos logísticos de gestionar una transacción desde el extranjero.
Sin credenciales estadounidenses: La mayoría de los prestamistas exigían un número de Seguro Social, historial crediticio en EE. UU. y otras credenciales que Andrés simplemente no tenía por vivir en Colombia.
Sin puntaje FICO: Todos los prestamistas con los que habló le solicitaron un puntaje crediticio, pero Andrés nunca había construido uno en EE. UU., lo que hacía difícil incluso calificar para un financiamiento estándar.
Invertir desde el extranjero: Coordinar con múltiples prestamistas, comparar tasas de interés y manejar la logística del cierre desde Colombia resultó abrumador. Con frecuencia, los prestamistas no respondían o asumían que él no podría cumplir con sus requisitos. “Antes de Waltz, algunos prestamistas nunca me respondieron”, recordó Andrés.
A pesar de estos obstáculos, Andrés se mantuvo firme en su plan de invertir en bienes raíces en Estados Unidos. Su mala experiencia reforzó la importancia de encontrar un prestamista hipotecario que realmente atienda a extranjeros.
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Cuando Andrés comenzó a explorar opciones de financiamiento para su primera propiedad en EE. UU., pronto se dio cuenta de que la mayoría de los prestamistas no estaban preparados para trabajar con inversionistas extranjeros. El proceso se sentía abrumador.
La solución a sus problemas llegó en forma de un anuncio en Instagram que decía: “¿Sin historial crediticio en EE. UU.? ¡No hay problema!”
A partir de ese momento, quiso trabajar con Waltz y no volvió a mirar atrás. A diferencia de la mayoría de los prestamistas, Waltz entendió su situación como extranjero y le ofreció un camino claro y paso a paso para obtener financiamiento. Esto es lo que más destacó Andrés sobre su experiencia con Waltz:
Financiamiento sin puntaje FICO ni SSN: Gracias al préstamo DSCR de Waltz, Andrés pudo obtener financiamiento basado en el flujo de efectivo y el valor de la propiedad, en lugar de su perfil crediticio personal. Esto hizo viable la inversión pese a no tener historial crediticio en EE. UU.
Comunicación clara: Andrés apreció que siempre había alguien con quien hablar, incluso con la diferencia horaria. “Usar WhatsApp fue realmente útil. Me sentí acompañado de manera constante y podía obtener respuestas rápidamente cada vez que tenía preguntas”, comentó.
Acompañamiento para superar obstáculos: Todo el proceso de transferencia de fondos para el cierre fue guiado cuidadosamente, paso a paso. Andrés necesitaba US$60.000 para cerrar, dinero que tenía que enviarse a su LLC, algo que se vuelve complejo cuando es necesario documentar el origen de los fondos. Aunque puede sentirse como un proceso interminable de papeleo, Andrés se sintió respaldado sabiendo exactamente qué debía presentar. “Mirando atrás, mi consejo para otros inversionistas es consolidar sus fondos en una sola cuenta siempre que sea posible. Eso hace que el proceso sea mucho más simple y fluido”, dijo.

Con su primera propiedad en marcha y el flujo de efectivo ya entrando, Andrés se siente seguro de poder hacer crecer su portafolio inmobiliario en EE. UU. en el futuro, sabiendo que cuenta con un prestamista en quien puede confiar.
¡Empieza con Waltz! (en inglés)

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